lunes, 28 de enero de 2013

32. CENIZAS EN UNA CÁPSULA SIN TIEMPO de Arda



                                                                                    a Ray Bradbury
Desde las orillas de un desierto rojo
en medio de las exequias al  gran Marte
pude ver las aceras llenas de la plaga humana
el napalm, la hecatombe, el agente naranja,
los electrodomésticos, los Cadillac's antiguos, las guerras,
los libros que se queman,
hoy te lloré más que nunca Bradbury,
donde quiera que mire nadie más sabe de estas cosas.

Ayer miré sobre el auto estacionado
y supe ya nunca se volverá hablar de esto,
que los verbos caminan invertidos
desde que te fuiste,
he dejado una nota dentro de una gaseosa
sabes
para ver si sobrevive
cuando sobre la tierra caminen triunfantes las cucarachas
y bajo ella se arrastren los hombres.
Seudónimo: Arda

domingo, 27 de enero de 2013

30. POEMA INCONCLUSO de Aliver


En ese ocaso, el poeta agoniza apenado,
y como si soñara una frustrada ilusión,
aparece ante él un mundo enajenado,
que su alma contempla con extraña visión.

Ve árboles muertos que no esperan otoños
y no tienen hojas secas que puedan caer.
No esperan primaveras que le traigan retoños,
ni cálidos veranos para reverdecer.

Ve rocas sin musgos que le presten su vida
y piedras áridas que el fuerte sol calcina.
Ve seres fanáticos donde el odio los anida,
buscando su presa con ambición mezquina.

Ve mares que han perdido sus agitadas olas
y arenas que añoran esa caricia fría.
Ve barcas destruidas que han quedado solas
y esqueletos oxidados al borde de una ría.

Ve un cielo inmenso de estrellas apagadas
y una niebla que cubre los campos desérticos.
Ve los cuervos que se apiñan en bandadas,
sobre la carroña de miles de cuerpos muertos.

Ve como se disipan las luces de los confines.
y se detienen los cursos de las corrientes.
Como se acallan las voces de los querubines
y se silencian los murmullos de las fuentes.

Vislumbrando la polución en el poniente
en ese ocaso postrer, de su postrer día,
el poeta fue cerrando sus ojos lentamente
y un lamento inconcluso, dejaría su poesía…
Seudónimo: Aliver

28. SER O NO SER EN DETROIT de Bonnie



Criogenizado.
Duermes tu sueño de inmortal historia
Profundamente inmóvil,
Silencioso y pálido.

Criopreservado.
Tu perfil dibuja el grotesco encanto de la monotonía,
La calmada apariencia de lo que fue finito.

Vitrificado.
Tu corazón parado finge ser reloj de tiempo eterno
Que consume, sin saberlo,
Las marchitas horas del universo.

Hiberna el vano caparazón helados pensamientos
Como una carta muerta, de cristalino sobre,
Cuyo contenido es la esencia racional de la tierra.

Peregrino de caminos eléctricos
Lanzas tu mensaje en espera de una tibia mano suprema
Que resucite lo terreno.

Yo no quiero ser el hombre inacabable, como tú,
Impasible en su caja de metal.
¡Que esparzan mis cenizas al viento!
Así, en ese momento, mi muerte
En soplo vital se convierte.
Seudónimo: Bonnie

jueves, 24 de enero de 2013

23. VIVO de Walmares



Atesora el cruel paisaje de mi encierro
la nostalgia de mil inviernos sin luz
sin escuchar  palabras de virtud,
sólo gemidos  de  los no muertos.
Quiero despertar de infantiles pesadillas
que se acaban con el frio alba,
y no vivir entre cuerpos sin alma,
con la maldición reflejada en sus pupilas.
Quiero moldear mis lejanos recuerdos
de sonrisas ,voces y  humanas caricias,
de carne tersa, que sienta la  lluvia
y que  su caminar no sea eterno.
Es mi condena la soledad de mi razón,
la conciencia de saberme entre ellos vivo,
resistiendo  al carnívoro sacrificio,
 busco otro palpitante, esperanzado.
Seudónimo: Walmares

martes, 22 de enero de 2013

19. YIDHRA de Traspié Hidalgo


Yidhra se acerca como una nebulosa,
se mete en tus sueños de locura y de sexo.
Yidhra te llama, te dice Ven, yo haré realidad tus deseos;
y tú vas, con los brazos extendidos
mirando con lujuria los redondos pechos,
recorriéndola con la mirada, desde sus ojos
hasta su pubis perverso y aterrador.
Ven, yo haré realidad tus deseos, te dice Yidhra;
y te convence con sus ademanes de cortesana.
Y tú vas como la abeja a la miel,
como la presa a la trampa,
mientras ella deja ver poco a poco sus dientes;
dientes afilados en una bella cara,
provistos de un cuerpo seductor.
Y tú vas, y Yidhra, la Bruja de los Sueños, se relame,
desliza la negra lengua sobre sus labios rojos,
anticipando el sabor de tu carne;
el dulce olor de tu sangre roja y espesa.
Es digna devota de su regente Azathoth.
Cuando la poseas ella te destruirá,
comenzará a devorarte en el cenit del orgasmo
y tú la verás tal cual es en realidad,
entre alaridos y carne desgarrada y sangrante,
ya no guardará las formas para excitarte.
Esa abominación no se detendrá hasta que seas uno con ella,
uno disuelto dentro de ella,
parte de una mescolanza de cuerpos putrefactos
en la masa deforme de su cuerpo sin alma.
Saciando su hambre y su sed de almas ilusas
caminarás con ella sobre la faz de la tierra,
verás todo lo que vea y tocarás todo lo que toque...
Te perderás para siempre dentro de ella…
Seudónimo: Traspié Hidalgo

jueves, 17 de enero de 2013

14. RETRATO DE ROBERT E. HOWARD de ElmoreSilva



La bruma de la tarde, desde lejos,
estudia un minuto fugaz y pobre,
suicida la belleza,
el tiempo oscuro de otras vidas. Sueño
con héroes y batallas,
pasiones en un mundo
de noches del invierno más estricto.

No es razón que la muerte de un rey
y la mirada del poeta, las manos
de una joven tarde sin sentido,
me traigan esta brisa con olor
a juventud. Perfume de una piel
que la mañana escribe.

Mujeres como diosas
y monstruos de un infierno propio. Estigia,
poblada por terrores en la noche
herida, y el lenguaje de serpientes
en sus praderas de oro.
Cimmeria, tan feroz... Pobre patria
en que dominan los malos augurios,
los ojos de un futuro inagotable.
Shem, donde el amor no muere en soledad
y para siempre los ojos del cielo
se fueron a través de la distancia.

Mas esta mañana,
el borde del abismo
domina mi presente.
Abro el sentido a la literatura,
con el milagro ardiente del coraje
y las estrellas de un eterno olvido
en los recuerdos. Palabra ciega
tal una memoria
de silencio,
al sol del horizonte
que para siempre se vistió de fuego.
Seudónimo: Elmore Silva