viernes, 1 de marzo de 2013

78. LA CULPA ESTABA ENTRE MIS MANOS… de La Khalessi



Me hicieron colgar del árbol
como un naufragio de aguas.
Mi cuello cedió a la promesa
de despertar sobre las migajas de un culpable:
yo sabía que la Culpa estaba entre mis manos,
lejana como un lirio.
Me hicieron sumergirme bajo el limo de la eternidad.
Otros escribas pronunciaron mi nombre
y dijeron tantas cosas imposibles
que ya veía a la trampa, al cazador, al hombre que buscaba mis ojos,
 sin saber que eran parte de la noria.
Me hicieron pasto para las bestias,
y las bestias comieron de mi vientre,
                                                                      de mi útero,
los hombres vieron cómo alzaba la cabeza
                                                             -pese a todo-
y fingieron un silencio calcinado
cuando las moscas de mi cuerpo
fueron culpables de la incoherencia.
Este insulto mío de abrir los ojos
no es más que el rumor incrédulo del contagio
que se extiende por barcas de la lógica,
para luego convertirse en rumor y agua.
Me sostuvieron bajo la tierra
y echaron fango sobre mí:
querían cubrir los imposibles
de mi mano alzándose en un juego de neblina y vida,
pero el imaginario impreciso de las bestias
que moran estos bosques calcinados
no descubre
la audacia de saberme enterrada bajo tierra.
Este trazo de mi suerte
ha viajado en pétalos de agua
desde otro sitio al cual llamé mi nido:
también allí no supieron otra cosa que el insulto
y el hacerme colgar de árboles y muerte,
como un pez socorrido en su silencio.
Yo llevo a cuestas la queja de la vida,
sin comprender la herrumbre absurda de mi culpa.
Seudónimo: La Khalessi 

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